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La guerra civil española

LLEGA LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA  

Estado de algunos taxis después de la guerra civil española

El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 supuso un enorme viraje en la evolución y costumbres cotidianas, que siguieron agravándose en la década de los años cuarenta de la postguerra. Ya desde el mismo mes de julio del 36, toda la economía aragonesa asedio modificada al iniciarse, casi paralelamente, la colectivización de muchas empresas privadas, fundamentalmente por la CNT, el sindicato anarquista mayoritario en todo el país. La mayoría de los taxistas, mediante reformas eran ahora profesionales autónomos y pequeños propietarios de son medio de trabajo, aunque había unos pocos asalariados, su peso no era demasiado significativo. La confiscación de la Cámara del Taxi, con todos sus bienes, garajes, talleres, tiendas de suministros, etc. … Precedió a la definitiva apropiación de todos los vehículos de la industria del taxi en los que una pequeña parte, a principios de 1937 busca otras salidas alistándose al " cuerpo de tren", una organización militar que tenía la misión de atender cualquier actividad relacionada con el transporte, y que resultó ser muy necesaria a lo largo de los años de la guerra. Otros grupos, vinculados al sindicato de UGT, entraron en servicios oficiales como chóferes, de forma que pudieron conservar, mantener y equipar sus automóviles en el mejor estado posible. Las necesidades de la guerra afectan enormemente al sector, con la escasez del combustible se decidió suspender casi todos los servicios y, como consecuencia, la

Taxi a gasógeno años 1942-44

colectivización que se había conseguido terminó por muerte natural, paralizándose el servicio del taxi el último año de la guerra. Al finalizar el enfrentamiento bélico, se intentó concentrar el mayor número posible de automóviles-taxis que habían funcionado como servicio oficial de los ejércitos republicano o franquista, que se iban encontrando en un estado lamentable, en la que los taxistas, a lo largo de la primavera de 1939, se vieron sumidos en un periodo de búsqueda grotesca y lastimosa de sus viejos coches, entre escombros y montañas de chatarra, que sería la herencia de la guerra. Algunos, con mucha suerte pudieron encontrar su taxi en buen estado, pero la mayoría apenas sea localizado un chasis, un motor, un montón de hierros, que tuvieron de llevarse en camionetas Cuenca dos arrastrados por caballos. A partir de ahora se asistirá a la entrada en una época paciente y desesperante, pero con gran ingenio de la reconstrucción del automóvil con piezas antigüas ya que era prácticamente imposible encontrar recambios nuevos. La destreza de los mecánicos hizo posible una gradual reaparición de los taxis por las calles.   

EL TAXI EN LOS AÑOS DE POSTGUERRA. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial se esfumó el relativo bienestar de que disfrutaron los taxistas de aquella época de la postguerra puesto que inmediatamente comenzaron las restricciones en el suministro de combustible y, al mismo tiempo, se cierra para España la posibilidad de adquirir automóviles nuevos o piezas de recambio en el extranjero, aspectos que influyeron decisivamente en el deterioro de la flota taxista de Zaragoza. Ante la imposibilidad de ofrecer unos servicios regulares con los 65 litros por semana que se facilitaban como máximo cada uno, la alternativa que decidieron fue utilizar el gasógeno con los vehículos más potentes, tales como los Ford, Mercedes, Packard, Buick, Opel, Hispano (téngase en cuenta que en aquella época el gasto de un coche de combustible era igual al de su potencia, es decir, un coche de 30 CV gastaba 30 litros de gasolina a los 100 km). Estas dificultades permitieron la reaparición de los coches de caballos, que casi habían desaparecido de las calles y que convivieron durante algún tiempo con estos vehículos, ya que al inicio de los años 30, muy pocos quedaban en servicio. Con respecto a los coches de punto o de la época pasamos a detallar sus tarifas oficiales: Por la permanencia del coche de punto en la puerta de la plaza de toros para esperar hasta la salida se cobraba la cantidad de 2,50 pesetas por hora. A principios del año 1941 el sector del taxi entra en una profunda crisis que se alargará durante una década, el racionamiento de combustible de un lado, la imposibilidad de adquirir vehículos o recambios nuevos y las tarifas muy bajas propician que en los años de la República hubiera más licencias que las que circulaban en los años 40. Esta cuestión volvió a tomar actualidad en 1946, ya terminada la Segunda Guerra Mundial, pero las negras perspectivas en que se encontraba la España franquista, con el aislamiento o europeo, hizo que el sector del taxi, estuviera atascado en la postguerra. El descontento o entre los taxistas por las bajas tarifas era bien patente. En 1900 xli se había fijado en 0,80 céntimos la bajada de bandera y la hora de espera en cinco pesetas. En 1943 se revisaron y quedaron marcadas en 1,20 pesetas, y 12 pesetas la hora. Dicho aumento o era inferior al del coste de la vida. Los racionamientos de gasolina que en 1946 quedaban establecidos en 120 litros mensuales apenas daban suficiente para el turno durante dos semanas. El aumento de las tarifas a 1,50 pesetas por bajada de bandera y por fracción de km no

supuso ninguna mejora sustancial, pese a que poco a poco se iban eliminando los fraccionamientos de combustible. Debemos matizar que en vísperas del pilar de 1946 se instalaron en la ciudad los sus primeros semáforos en la plaza de España, parecía que el ritmo cotidiano y lo peor para el país había pasado, pero aún se tardarían cinco o seis años más en salir de la secuelas y del hambre que se heredó de la guerra civil. En 1948 Zaragoza poseía 256 taxis y 16 coches de punto. La parada del Coso o junto a a la droga Alfonso se traslada a General Franco, junto a la puerta del desaparecido cine victoria. La ciudad empieza a crecer a pasos agigantados pero la mayoría de las construcciones y planes urbanísticos se hacen sobre la marcha, sin pensar en el futuro. A principios de los años sin cuenta, comienza un tímido cambio en algún modelo de taxi, se empiezan a ver algunos modelos americanos, automóviles grandes de nuevas líneas modernas que llamaron la atención, como los Ford, Buick y Chevrolet. También algún Austin inglés, todos

repartidos para servicio de turismo particular y de taxi, que desde 1950 y hasta casi finales de la década marcarían una nueva época con unas líneas de carrocería de gran impacto. Este hecho coincidió con la llegada a Zaragoza de la Base Americana y el personal de aquel país comenzó a circular por nuestra ciudad con aquellos impresionantes coches, además de unos cigarrillos rubios que jamás habíamos visto, acercándonos la Coca-cola, desconocida en nuestro país, e imponiendo muchas modas. Se estrena algún peugeot 203, tambien el Citroen Pato familiar, y el renault 85 Colorale, pero la mayoría de taxi se siguen siendo los que quedaron anteriores a la guerra, a los que también se adaptaron algunos modelos americanos tipo Buick y Ford. Por otra parte, los coches de caballos dan sus últimos paseos por Zaragoza. El último en desaparecer fue un formidable y bonito Simón, que encerraba en el número 20 de la plaza Santo Domingo. Este hecho ocurrió en el año 1956. Otro hecho destacable de la década de los cincuenta fue la aparición de los taxis Seat 1400, que desde 1956 llegaron en buen número a Zaragoza. Gracias a un acuerdo de carácter nacional del gobierno con la empresa SEAT, un centenar de taxistas de Zaragoza se vieron favorecidos en el compromiso de cambiar sus viejos taxis, que en algunos casos pasaban los quince años de servicio. Por fin una marca española, aunque con licencia de Fíat, montaba en fabricaba en nuestro país, hecho que no ocurría desde la desaparición de la Hispano-Suiza como marca nacional 30 años atrás. Posteriormente, al 1400 lo sustituiría en el año 1963, después de quince años, el Seat 1500, un coche que haría historia en el taxi de Zaragoza a que le seguirían el Seat 124 y 1430.

Taxi en el paseo Pamplona

 



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