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La revolucion industrial

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 

ZARAGOZA EN LA EDAD DE LAS MÁQUINAS DE VAPOR Y DEL CARBÓN


Plaza San Miguel, al fondo la Puerta al Duque
La ciudad llega al final del reinado de Fernando VII sin grandes cambios con respecto a los hechos ocurridos en la guerra de independencia y sólo destacaría la lenta recuperación de su número de habitantes y la rehabilitación de la ciudad con la permanencia de la aristocracia y del clero en el poder. Durante la minoría de edad e Isabel II, entró en España el capitalismo y la revolución industrial. Sin embargo, sus áreas de influencia fueron las provincias litorales como vascongadas, Cataluña o las zonas mineras de Andalucía. Aunque en Zaragoza provincia no hubiera minas de importancia, la revolución industrial se desarrolló sobre dos industrias de extracción, las del Hierro y carbón. Para que el capitalismo moderno y la industria llegaran a nuestra ciudad tuvo que pasar casi medio siglo, debido a que en España se empezaron a construir los ferrocarriles muy tarde. En 1837, Cuba, entonces provincia española, construiría el primer ferrocarril en la Habana, después vendrían las primeras líneas proyectadas en la península. Después del tercer " Sitio De Zaragoza" la constante agitación política aumento, culminando en un nuevo levantamiento en 1864. La nueva caída de Espartero supuso el recrudecimiento de la tensión en las calles de Zaragoza y se extendió a todo

Ritter de la época

Aragón. Los doce años posteriores hasta la revolución industrial de 1868 revosaron en conspiraciones en toda la región. Coincidiendo con el año de la revolución industrial, La Real Sociedad Económica Aragonesa De Amigos Del País organizado la primera " Exposición Aragonesa", sin ninguna ayuda estatal, que tuvo lugar en el solar de lo que hoy conocemos como plaza de Aragón y paseo Pamplona, con un total de unos 3000 expositores con la intención de potenciar la imagen del producto aragonés. Sería dieciséis años más tarde cuando se celebraría La Segunda Exposición, que tendría lugar en el matadero municipal, en la calle Miguel Servet con una participación española y extranjera. El ferrocarril, la gran innovación del siglo XIX, llegó por primera vez a la capital aragonesa en 1861, uniendo Zaragoza con Pamplona. Al año siguiente se concluía el Zaragoza-Barcelona por Lérida, que en 1864 enlazaba en Casetas con el tramo que venía de Madrid. Veinte años después una nueva vía a Barcelona, esta vez por Caspe, determina el mapa ferroviario aragonés. Años antes, en 1866, la unión de la línea Madrid-Zaragoza-Barcelona con la de Alsasua mediante un nuevo puente sobre el Ebro, venía a caracterizar definitivamente el privilegiado lugar de Zaragoza como núcleo de comunicaciones y centro mercantil e industrial. La ciudad, con la llegada del tren, entró en contacto con la edad moderna y aunque urbanísticamente no cambio, empezado a aumentar su población de una manera acelerada. Sin

Último dia de tranvías en Zaragoza.Todos a cocheras.

embargo, el ferrocarril, sobre todo el de vapor, exigía muchas infraestructuras y personal especializado. Así la importancia de la ciudad como nudo ferroviario posibilitado que las industrias modernas y el comercio se establecieran en ella. En una primera fase las industrias eran ante todo de atención de producción mecánica y comercio, en la segunda el crecimiento fue la agricultura, el campo aragonés crear industrias de transformación, sobre todo molinos de trigo y posteriormente de la remolacha azucarera, lo que hizo que poco a poco Zaragoza se fuera convirtiendo en una ciudad puntera en el área mecánica. El hecho de que Zaragoza fuera un importante núcleo de comunicaciones y de paso o favorecido la aparición de los primeros coches de. Y de alquiler que se establecieron para transporte de viajeros de una estación a otra y, conforme avanza el siglo diez y nueve Zaragoza crece y se ve en la necesidad de incorporar un servicio público de transporte como el que existía en Madrid y Barcelona. Otras ciudades de Europa y América dada su densidad de población y su extensión crearon servicios de transporte públicos independientes del " privado", que eran una derivación de la tecnología del ferrocarril; días más estrechas, generalmente de 65 o 100 centímetros de ancho, compuestas de un vagón que era arrastrado por unas caballerías en lugar de una máquina de vapor y que posteriormente se

Tranvía línea Bajo Aragón por la calle Verónica

mecanizarían al electrificar las líneas. En Zaragoza, ese transporte era realizado y conocido como "Ritters", unidades de tracción ejercida por dos mulas, que conectaban las estaciones del Norte y del Campo Sepulcro. El 19 de octubre de 1885 con motivo de la II Exposición de productos de la agricultura y de las Artes Ubicada En El Edificio Del Matadero, Se Inauguró la primera línea de tranvías que unía a la plaza de la Constitución con la estación del Bajo Aragón. Posteriormente se hicieron otras líneas. La Sociedad de tranvías de Zaragoza que se fundó al efecto tuvo su origen en la gran orden del 24 de enero de 1885, por la que se adjudicó a: Fernando Beltrán, Miguel Mathet, Modesto Torres Cervelló, la concesión del tranvía del interior y afueras de Zaragoza que contaba con la concesión de seguir ramales que partiendo de la plaza de la Constitución (" Plaza De España"), llegaban hasta Arrabal, Estación Del Norte, Bajo Aragón, Torrero, Madrid y Circunvalación. Esta última realizaba el trazado de las desaparecidas Murallas Romanas y era netamente urbana, las demás tenían como finalidad unir las diversas estaciones de ferrocarril y el embarcadero del canal con el centro de la ciudad, siendo la primera línea que se abrió la del Bajo Aragón.

Paseo Independencia. Zaragoza.
La instalación de este tipo de transporte, que no dejó de aumentar el número y calidad hasta 1976 cuando desaparece la última línea de tranvías, favorece la llegada de gentes de las periferias zaragozanas a la capital. Poco a poco se instalará en la ciudad el alumbrado, el agua, la vigilancia y todos los demás servicios. Cuando a principios del siglo xx la electricidad se fue asentando en América y Europa, Zaragoza, y sobre todo la compañía belga que dirigía los tranvías de Zaragoza, se apresuró en la transformación de la tracción animal a través de caballerías, por la energía eléctrica. Coincidiendo con las Fiestas del Pilar se inaugurada en 1902 la línea de Torrero, que era la que mayor dificultad presentaba a las caballerías, debido a las fuertes pendientes. Hasta esta fecha había una cuadra especial en la subida de Cuéllar para doblar la tracción con más mulas con el fin de poder acometer el último tramo de la línea. El otro problema existente eran las constantes y costosas epidemias que tenían los animales con lo que el servicio se cambió rápidamente. Así en 1908, año del centenario de los Sitios, la ciudad tenía cubiertas sus necesidades básicas, las únicas

Tranvía y autobus en Paseo Independencia

excepciones que hubo en las concesiones fueron las que comunicaban el interior y el casco viejo, el barrio de San Pablo y Delicias. Estas líneas no sólo transportaban viajeros sino que también servían como medio de transporte de ciertas mercancías, sobre todo materia prima para las azucareras que existían en la ciudad, como en la línea del Gállego que se creó para ello. El mayor acontecimiento de principios del siglo xx fue la celebración e instalación de la Exposición Hispano-Francesa en 1908, que venía a conmemorar un enfrentamiento bélico entre estos dos países, que fue el centenario de los Sitios de Zaragoza. El recinto ferial fue instalado en la antigua Huerta de
Conde Aranda con el Portillo.Línea Venecia-Delicias por J.Ibañez

Santa Engracia, lo que hoy en día conocemos como plaza de Los Sitios y la mayoría de los edificios y monumentos que podemos ver actualmente alrededor de esta plaza fueron construidos con motivo de esta Exposición. En 1916-17 entra en funcionamiento la línea de delicias, su trayecto se realizaba en común con la línea de Madrid hasta el Portillo, y en 1925 lo hace la línea Ayuntamiento-Portillo que llegaba al Paseo María Agustín. Un año después, el 10 de febrero, se creó una línea que llegaba a la Academia General Militar, posteriormente llegarían a la Estación y la Romareda y ya no se experimentarían más cambios hasta el comienzo de la Guerra Civil. El hecho de que nuestra ciudad estuviera en un nudo ferroviario de gran importancia y izo que desde el principio existieran buenos talleres mecánicos en Zaragoza. Así la propia compañía creó unos que no solo reparaban sino que también creaban material de

Vista aérea de la subida Cuéllar

transporte, tanto para Zaragoza como para otras capitales. Conforme aumentó la población también evolucionó la calidad del servicio y así los tranvías se

componían de una unidad tractora y otra de remolque. Más tarde, el ayuntamiento, debido a los problemas de circulación que creaba el aumento del parque móvil, tomaría la desafortunada decisión de suprimirlos. A pesar de la puesta en funcionamiento del tranvía, se siguió aumentando el número de licencias para coches de punto, pues los ciudadanos tenían por costumbre acudir a sus ceremonias y desplazamientos urgentes utilizando los famosos Simones de alquiler o coches de punto que tenían sus paradas distribuidas por la ciudad, hasta que a partir de 1915 se mecanizaron estos servicios con la llegada del automóvil. 

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